miércoles, 29 de noviembre de 2017

David Alleno, el joven cuidador del cementerio




David Alleno, un joven cuidador del cementerio, que no sólo decidió construir su propia bóveda: también morir muy pronto, desvelado por ocuparla.

David trabajó allí entre 1881 y 1910. Durante esos años, privándose hasta de comer bien, ahorró para comprar el lote. Carísimo, desde luego. Pero con su endeble sueldo tenía que afrontar los servicios de un arquitecto y de los albañiles. Misión imposible.

Pero no para su obsesión. Decidió hacerla con sus propias manos, y lo logró. Pero a medias, ya que la administración del cementerio exigía respetar rígidos cánones estéticos. Entonces, con sus últimos ahorros, viajó a Génova y contrató a un escultor local, de apellido Canessa, para que terminara la bóveda.

Y así fue. Un bajorrelieve en mármol lo muestra con su ropa de trabajo, una regadera, una escoba y un enorme candado con sus llaves: las armas del cuidador.

Pero faltaba el último paso: la muerte. Y no quiso esperarla: se suicidó con veneno. Tenía sólo 35 años.

Los otros fantasmas, molestos, juran que de noche se oyen ruidos de herramientas y de materiales. "Nunca quedó conforme del todo con su bóveda. Sigue reformándola", explican.

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