domingo, 26 de noviembre de 2017

Liliana Crociati y Sabú su perro



Liliana Crociati, hija de un peinador, pintor y poeta italiano, murió de la peor manera en uno de los más felices días de su vida: luna de miel en Innsbruck, Alpes austríacos.

Corría 1970, ella tenía 26 años, un alud arrasó la parte del hotel en que empezaban su nueva vida, y Liliana murió asfixiada. Extraña sincronía: ese mismo día, en Buenos Aires, murió Sabú, su perro…

Por eso su escultura, en bronce, la muestra vestida de novia, con su anillo de bodas, y junto a su perro, y ataviada con un sari rojo que compró en la India. En las paredes de su bóveda la recuerdan cuadros pintados por sus amigos de Bellas Artes. Tenía ojos celestes y pelo casi rojo. Los demás fantasmas la reconocen como su más bello par…

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