domingo, 26 de noviembre de 2017

Salvador María del Carril y Tiburcia Domínguez



Matrimonio mal avenido si lo hubo fue el de Salvador María del Carril (vicepresidente de Urquiza) y Tiburcia Domínguez. Y mucho más desde que él, en una carta pública, informó a los acreedores de su mujer que "no pienso hacerme cargo ni de un peso de sus deudas".

Fue la pelea final. No volvieron a hablarse ni a verse en los siguientes veintiún años de convivencia… Cuando Salvador murió, curiosamente, Tiburcia ordenó construir uno de los monumentos funerarios más impresionantes de la Recoleta: él, sentado en un sillón, comodísimo, y mirando al sur.

Pero algo se traía ella entre manos… Su última voluntad fue que su busto fuera instalado de espaldas a la estatua de su marido, "como vivimos siempre".

Y así siguen. La cara de ella, más evidente en el mármol, no deja dudas: una mujer feroz. Por algo los otros fantasmas ni se le acercan…

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