lunes, 27 de noviembre de 2017

Elisa Brown




Bello y triste fantasma, lánguido también, es el de Elisa Brown, la hija más querida del célebre almirante. Que, en plena vida adolescente, esperaba el retorno de su prometido, el comandante Francis Drummond, en campaña contra el imperio del Brasil, a las órdenes de su futuro suegro.

Pero llega el día infausto: en la batalla de Monte Santiago, y después de luchar hasta más allá del heroísmo, Francis muere en brazos de su jefe.

Al volver a Buenos Aires, Brown, junto con la terrible noticia, le da a Elisa el reloj de su prometido: "Fue su última voluntad", le dice.

Sus 17 años se desgarran. Envuelta en su vestido de novia, se hunde en el Río de la Plata, acaso para encontrar el alma de su amado. Nadie sabrá si lo logró.

Pero sus restos yacen en una urna. Detrás, en otra, están las de Francis. Las dos, fundidas con el bronce de uno de los cañones del navío. Y de noche, más de una furtiva lágrima cae por las mejillas de alguno de los fantasmas. Los más románticos.

Pero no todo morador eterno del cementerio fue prócer, político de fuste, personaje de dos o tres apellidos, estanciero, habitante de la Guía Azul.

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