lunes, 25 de diciembre de 2017

POLTERGEIST – Relato Paranormal en Parque Chas




Si hablamos de un barrio por excelencia misterioso el mismo es Parque Chas. Lugar alejado del núcleo de la Capital Federal donde historias como “La manzana misteriosa” (Una manzana acotada por las calles Berna, Marsella, La Haya y Ginebra que se dice que es imposible de rodear.) o un extraño minotauro conviven con increíble y extraña normalidad.

Nuestra historia hoy trata sobre la vivencia de Melo (Seudónimo elegido por mi entrevistada) quien a través de la página se acercó conmigo para contarme su misteriosa, pero sobretodo inexplicable experiencia.

Para el encuentro habíamos elegido un café cercano a la estación subterránea de la Línea B “De Los Incas – Parque Chas” El lugar era cálido y reconfortante. El sol del atardecer se filtraba en el recinto llenando a este de un aire tranquilo y, de cierta forma, embriagador.

Curiosamente Melo mostraba estar demasiado tranquila. Es algo extraño de ver ya que la gran mayoría de las personas que van a contar algo que, de alguna forma u otra, marco su vida con algo traumático suelen estar nerviosas o sentirse perseguidas. Luego de unos momentos de placida charla decidimos tocar el tema principal. Fue ahí cuando puse mi celular en modo grabador y empecé a escuchar su relato.

Durante quince años mi familia y yo convivimos con un espíritu – Inicio Melo la narración como tirando una bomba en la primera oración – Todo comenzó hace muchos años cuando mis viejos, mi hermano y yo nos mudamos a una serie de pequeños departamentos aquí en el barrio de Parque Chas.

Unos años después de la mudanza. Por cuestiones laborales, mis padres se vieron obligados a instalarse en otro barrio dejándonos en el departamento. Mi hermano pasaba mucho tiempo fuera de casa y solo nuestra mascota (Un pequeño gatito) era mí única compañía.

Al cabo de unos días – Parecía recordar la tranquila muchacha que estaba sentada en frente – empezaron a suceder las cosas “raras” en casa. Al principio fueron pequeños sucesos que apenas llamaron mi atención. Como, por ejemplo: Yo acostumbro dormir con la ventana abierta. Muchas veces cuando me despertaba por la mañana la misma estaba cerrada. Lo extraño era que la ventana era corrediza y lo mismo hace imposible que el viento o cualquier corriente de aire la cierre.

Luego de un tiempo acostumbrada a estos extraños hechos inexplicables le confesé a mi mamá lo que yo podía experimentar en casa ya sea todas las mañanas donde la ventana se cerraba o cuando notaba ciertas presencias o variaciones de temperatura en la casa.

Ella me contesto algo que me dejo pasmada – Prosiguió – Antes de irse ella se percató de este tipo de hechos. Según ella, al irse del lugar y siendo yo la más sensible en su ausencia, me transformaba a mí en la victima de esta extraña entidad.

Por eso mismo empecé a recopilar información sobre lo que pudiera haber sucedido en mi casa antes de que nosotros la habitáramos.

Según un vecino bastante antiguo del lugar, una persona mayor con algunos problemas psicológicos vivía en la que era nuestra casa. La mayoría de los conocidos de este personaje lo tildan de una persona de casi cuarenta años, pero con una forma de actuar de un niño. Muchos coincidían que tenía la costumbre de bañarse en el jardín a la vista de todos con una manguera y que, al hacerlo en una tarde de invierno, se enfermó de tal forma que falleció al cabo de unos días.

No puede ser casualidad – Prosiguió ella – de que este espíritu tenga la mentalidad de un niño o una persona con este tipo de discapacidad. Para que te des una idea. Una noche luego de la charla con mi mamá, estaba durmiendo y unos pasos en el pasillo contiguo me despierta. Al cabo de unos segundos noto una disminución en la temperatura de la habitación y siento como si alguien se sentara a mi lado en la cama. De hecho, el acolchado y el colchón se hundieron en un punto. Recuerdo que me asuste tanto de que a los gritos ordene que se fuera y me dejara sola. Acto seguido, la sensación de frió desapareció y el colchón volvió a su estado inicial. Efectivamente, al igual que un chico, el espíritu obedeció a mi autoridad.

También recuerdo que una noche estábamos haciendo na reunión con amigos míos y de mi hermano en casa. A eso de la medianoche un reloj se cae al piso en forma misteriosa haciéndose añicos. Cuando nos acercamos notamos que el clavo donde se sostenía seguía en su lugar y también que ningún tipo de corriente de aire pasaba por el lugar. Ahí note como si este “extraño ser” estuviera de cierta forma celoso o tratando de llamar la atención. Ahí otro comportamiento que desde mi punto de vista es de un chico también.

Lo peor sucedió una noche que me encontraba sola en casa (Generalmente siempre que se manifestó era cuando me encontraba sola. Mi hermano nunca sintió nada.). Estaba recostada leyendo en mi habitación cuando un ruido ensordecedor estalla en la oscuridad. Acto seguido la luz se corta dejándome a oscuras con el libro en la mano. Cuando pude hacerme de una linterna descubrí que, al igual que el reloj que te comenté, un cuadro había salido volando en una de las habitaciones. Luego ya bastante irritada fui a corroborar la térmica a la entrada de casa y noté que la misma no fue manipulada, sino que estaba en su posición correcta. Cuando entro y dejo el cuadro en su lugar la luz regresa y al cabo de unos minutos vuelvo a quedar con la casa a oscuras. Salí otra vez a corroborar la térmica y estaba perfecta. De todas formas, mi casa era la única que estaba sin energía. Segura de que otra vez el espíritu hizo de las suyas (En ese momento vivíamos solos en el terreno y era imposible que alguien me esté haciendo una broma de mal gusto) entre en casa a los gritos ordenándole que se alejara del lugar y me dejara en paz.

Extrañamente – La chica que estaba terminando su infusión, prosiguió – los sucesos paranormales en la casa dejaron de suceder. Ya no me sentía observada. No sentía aire frió en la casa y las ventanas y los cuadros amanecían siempre tal cual como los dejábamos la noche anterior.

Luego de unos años me fui de casa. Mi hermano quedo solo, pero él nunca fue sensible a ese tipo de energías. No sabría decirte si lo expulse de la casa o sigue viviendo entre esas paredes esperando a alguien que pueda captar su presencia. Pero de algo estoy completamente segura. Esa entidad, ese espíritu o como podamos llamarlo no era peligroso ni contenía maldad. Era como un niño travieso que hacía de las suyas.


Por fuera la luz de la luna se mezclaba con las luces del tráfico y de la vía publica. Fue imposible no seguir hablando un poco más sobre lo que podría ser esa entidad o como pudo haber llegado allí.

La noche era clara y la luna se alzaba luminosa en el horizonte. La misma brindaba una sensación de alivio. La misma era extrañamente cálida e ideal para caminar un poco y tomar aire fresco. Luego recordé de que estaba dentro de las enigmáticas y por antonomasia laberínticas calles de Paque Chas y que podía ser, por decirlo de una forma con un cliché más mitológico y fantasmal, peligroso deambular por ellas sin rumbo sin saber en que lugar las mismas, llenas de historia y folclores antiguos e inexplicables, me podrían llevar.

Fuente: Buenos Aires Obscura

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Estoy cerca...

Una chica va caminando de regreso a casa cuando de pronto encuentra unas 20 fotos de Polaroid envueltas por una goma elástica. En la p...