Sobre la calle Riobamba al 144 hay una casa que tiene una de las leyendas urbanas más aterradoras de la Ciudad de Buenos Aires. En este lugar vivió durante la primera mitad del siglo XX la familia Galcerán, la cual se acostumbró a convivir con la tragedia. Es muy fácil de reconocer, ya que tiene una enorme palmera en el frente.
Catalina compró la vivienda de estilo francés luego de la muerte de su marido, el doctor Galcerán. El hombre había fallecido ayudando a enfermos durante la epidemia de fiebre amarilla en Buenos Aires en 1871. Ella necesitaba un lugar grande para poder criar a sus seis hijos, cinco varones y una mujer.
La única hija mujer era Elisa, quien, a diferencia de sus cinco hermanos, logró conseguir terminar su carrera como taquígrafa e inmediatamente comenzó a trabajar. Mientras que los hombres solo se enfocaban en salir fiestas y ponerse borrachos. Luego de la mudanza, la tragedia comenzó. Catalina murió y el cuidado del hogar quedó en manos de Elisa.
La habitación de la madre quedó clausurada, por pedido de los hermanos. Poco tiempo después, uno de los muchachos falleció mientras jugaba un partido de tenis, al parecer un infarto le provocó la muerte súbita. Su dormitorio también fue clausurado. Unos meses después, otro de los hermanos Galcerán murió de manera trágica, al caer desde un velero en el Río de la Plata.
Luego, otro hombre murió de forma inesperada en un accidente automovilístico. Todas sus habitaciones fueron clausuradas. Tiempo después, el cuarto hermano falleció en la esquina de Figueroa Alcorta y Av. Sarmiento, apuñalado luego de pelear con él por una mujer. El único varón que quedaba vivo era médico y tenía un romance con una de las mucamas de la casa, algo que le molestaba mucho a Elisa.
Pocos días después, Elisa fue a la comisaría a informar que su hermano estaba muerto en la vivienda.
Cuando la policía llegó, se encontró con el hombre y la mucama desnudos y muertos en la habitación. El resto de las empleadas domésticas optó por denunciar a la mujer. Sin embargo, cuando los agentes fueron a revisar “La casa de la palmera”, no encontraron nada que la inculpara. La mujer decidió mudarse al sótano y despedir a sus empleadas.
A los pocos meses, encontraron a Elisa muerta en su habitación luego de que faltara extrañamente a la misa. Las habitaciones de los hermanas permanecieron intactas mientras que la de la mujer estaba vacía.
Qué función tiene el hogar en la actualidad
Durante muchos años el lugar estuvo cerrado. Posteriormente funcionó una escuela y en la actualidad funciona el Instituto del Pensamiento Socialista. La leyenda cuenta que todavía ronda en la casa el espíritu de Elisa para castigar a los ociosos.
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