domingo, 26 de noviembre de 2017

La noche del vasco Aranda





Una vez cumplido el velatorio, los deudos de Aranda, un lechero apodado el Vasco, regresaron a su hogar del barrio Villa Mitre.

El cuerpo del difunto fue introducido en un precario cajón y colocado en el deposito del cementerio, donde descansaria hasta su sepultura.

El presunto muerto era, en realidad, un enfermo de catalepsia que había sufrido un ataque y despertó a la madrugada.

Desesperado, golpeo y pateo las desvencijadas maderas hasta despedazar el ataúd y, una vez en libertad, decidió regresar a su casa.

La peor parte del suceso, quizás le toco a un colega de Aranda que se disponía a repartir los pedidos a la luz del crepúsculo.

Al pasar frente a la puerta del camposanto, lo vio salir caminando y envuelto en la túnica con que había sido velado.

Cuentan que la mujer del Vasco debió someterse a un tratamiento psicológico luego de aquella mañana en que llamaron a su puerta, abrió y se encontró con su difunto marido de pie frente a ella.

Fuente: Legendaria Bahia

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